25% del territorio ecuatoriano es ocupado por pequeños y medianos productores agrícolas, cuyo trabajo es fundamental para el desarrollo de cadenas agrícolas de valor como las del arroz, la papa, el maíz y la cebolla.

Sin embargo, los niveles de desarrollo de este segmento de la población agrícola, así como su capacidad para contribuir a la diversificación de la producción nacional, son limitados, debido al tamaño reducido de sus tierras, la falta de conocimiento para aplicar técnicas eficientes de gestión del agua en la agricultura y la falta de acceso a los mercados.

De las 338 mil hectáreas en manos de pequeños y medianos productores que cuentan con riego, el 93% cuenta con sistemas de irrigación tradicionales poco eficientes y con limitada capacidad de almacenamiento de agua.

"Gracias a la financiación de LACIF estamos mejorando la gestión de nuestros recursos al tener en cuenta el cambio climático, y aumentando nuestros ingresos". ©AECID

"Con la irrigación tecnificada gamos tiempo de producción, y lo más importante es que no deterioramos el terreno” - Marcelo Guerrón, beneficiario del programa. ©AECID

El Proyecto de Irrigación Tecnificada para Pequeños y Medianos Productores y Productoras (PIT), ayudó a aproximadamente 14 000 pequeños y medianos agricultores, de territorios costeros y regiones montañosas, a obtener acceso a sistemas de riego modernos para mejorar la gestión del agua y aumentar la producción agrícola.

El objetivo principal del programa fue mejorar el ingreso de pequeños y medianos productores/as agrícolas a través de la instalación de sistemas de riego eficientes y la gestión ‘climáticamente inteligente’ de suelos y aguas. Además, el programa buscaba promover la diversificación de la producción agrícola, aumentar la capacidad de resiliencia de las familias de agricultores y mejorar el acceso de sus productos al mercado.

En este sentido, el PIT tuvo 3 componentes principales:

• inversiones en sistemas de riego y técnicas de producción;
• capacitación y asistencia técnica para manejar estos sistemas y técnicas; e
• investigación, desarrollo e innovación para mejorar los sistemas agroproductivos, utilizando prácticas agrícolas y de postcosecha beneficiosas para el medio ambiente y adaptadas al cambio climático.

La Subsecretaría de Irrigación Productiva Parcelaria del Ministerio de Agricultura y Ganadería ecuatoriano lideró el programa, que contó con la asistencia técnica de la Cooperación Española para su implementación.

La contribución de LACIF al PIT, complementó las inversiones en sistemas de regadío tecnificados para la costa y sierra ecuatorianas, y contribuyó a la mejora de las rentas agrícolas de casi 10 000 familias de pequeños productores y productoras del país, a través de dos ejes fundamentales de trabajo:

• la creación y puesta en marcha de una Escuela Nacional de Irrigación Parcelaria (ENIP) que trabaja en red con actores locales de desarrollo, organizaciones especializadas en desarrollo agropecuario, las administraciones públicas locales y universidades y centros de investigación ecuatorianos, y
• la puesta en marcha de cinco Territorios Demostrativos que demostran la viabilidad y sostenibilidad de la pequeña agricultura campesina cuando ésta cuenta con los recursos de producción necesarios.

La contribución de LACIF promovió inversiones que aumentaron y diversificaron la producción, apoyan el procesamiento de productos y proporcionaron un mejor acceso a los mercados. Como resultado de este apoyo, el retorno de la inversión fue significativamente mayor que para las parcelas que solo recibieron inversiones en sistemas de riego. Por ejemplo, LACIF contempló inversiones en maquinaria y equipo para la producción, conservación y almacenamiento de productos agrícolas, transporte y pequeñas empresas agroindustriales para procesar productos agrícolas.

Además, la contribución de LACIF proporcionó un valor agregado en términos de innovación para mejorar los sistemas de producción agrícola mediante la inversión en aspectos productivos, así como en el procesamiento y la comercialización. Se realizaron inversiones para la preparación de parcelas de tierra para ensayos de a mejora de las prácticas de cultivo, incluido el manejo adecuado de la erosión y la fertilidad del suelo. Además, se promuevió el uso de biofertilizantes, bioplaguicidas, semillas y variedades ancestrales, así como la creación de laboratorios equipados para la recuperación, conservación y mejora de las semillas.

• ​​​​​​​El proyecto se llevó a cabo en 17 provincias del país, a través de 124 subproyectos locales entre las zonas costeras y montañosas.
• 12.400 hectáreas cuentan hoy con un sistema de riego.
• 14.150 familias se beneficiaron, muchas de ellas mestizas, indígenas, afroecuatorianas y montañeras.